Mi Manifiesto: Soy Jorge M. Costa, Y Soy TEA
Mi nombre es Jorge M. Costa, hoy cumplí 27 años, y quiero dejar un registro para que todos sepan lo que es vivir con una discapacidad que no se ve… pero que sí se siente: ESPECTRO AUTISTA.
Aparentemente, somos personas comunes, sin ningún signo visible que nos haga diferentes. Vemos, escuchamos, hablamos… como todo el resto. Muchos piensan que somos maleducados, agresivos o antisociales. Pero realmente padecemos de TEA, un trastorno severo del desarrollo que provoca una alteración en la forma de procesar la información que recibimos del exterior.
El síndrome está enmarcado dentro de los trastornos del espectro autista, aunque por nuestra inteligencia y forma de hablar, el Asperger está diferenciado del autismo clásico.
Dificultad en la coordinación motora, problemas para interactuar con nuestros iguales o la práctica incapacidad de poder interpretar los sentimientos ajenos, son algunas de las características comunes que presentamos las personas con TEA. Actualmente se sabe que el trastorno presenta un componente genético por lo que es muy probable que los hijos de padres Asperger desarrollen este trastorno.
Los personas con TEA a diario tenemos que ser actores de la vida cotidiana, es decir, debemos de vivir bajo unas conductas que no entendemos y generamos las respuestas adecuadas sin entender por qué. Así, un día tras otro, hasta que al final explotamos al llegar a casa o en cualquier parte, a la hora que menos pensamos, explotamos.
Ya sé cómo llevar esta condición, la que me acompañará por el resto de mi vida, ¿pero qué pasa cuándo eres niño?
Los niños TEA por su inteligencia siguen la escolarización como cualquier otro chico o chica de su edad. El problema está en la metodología que utiliza la plantilla docente para dar sus clases. Aun así, hay colegios que sí se involucran y piden información sobre la discapacidad de los pequeños…
Yo no tuve esa suerte, a mí, hasta una vez llegaron a encerrarme en la sala de clases por varias horas; esa profesora no tuvo ni el menor tino cuando me dijo esa cantidad de estupideces que no las repetiré acá, porque suelo olvidarlo, o al menos eso trato, olvidar. Claro, en esos tiempos pocos sabían de esta condición.
Hay otros profesores que se limitan a calificar a este tipo de alumnos como de «maleducados» o «raros», y no entienden que actúan así porque no saben hacerlo de otra manera. «Si decimos que estamos en un mundo diverso y que hay que atender a la diversidad vamos a hacerlo correctamente, si en los colegios a nuestros hijos se les atendiera de la forma adecuada muchos de los problemas que ellos tienen a nivel interno y en casa con sus familias se podrían evitar».
El TEA no tiene cura. Es algo innato con lo que se debe aprender a convivir toda la vida. Aunque actualmente no existen estadísticas que reflejen qué porcentaje de población padece este trastorno, cada año son más las familias que acuden a especialistas porque sospechan que sus hijos pueden estar afectados por este síndrome. Normalizar esta condición es también muy importante, tanto para el afectado como para sus familiares.
Series o películas como House, The Big Bang Theory o la trilogía Millenium, en las que sus protagonistas presentan este trastorno, han ayudado a la divulgación de esta discapacidad que apenas se conocía hace veinte años.
Soy Jorge M. Costa: Tengo #TEA y lucho cada día por la inclusión de personas que como yo, buscan un espacio en esta sociedad. Te invito a conocerme, no me tengas miedo, trátame como cualquiera de tus amigos… yo no muerdo, tengo sentimientos
Publicacion Emitida en: 10 de diclembre del 2017